miércoles, 30 de marzo de 2011

El escondrijo de los mezquinos

Dicen que la vida es como un libro en blanco, que cada uno va escribiendo sus propias páginas. La diferencia, es que en la vida cuando has escrito algo no hay manera de borrarlo. Para bien o para mal, está ahí. En muchas ocasiones, el escritor se encuentran en medio de un capítulo sin saber exactamente qué lo llevó hasta ese punto de la historia. Los grandes maestros de la pluma, se sacan argumentos de la manga para que los acontecimientos se desarrollen de forma totalmente natural. Los mediocres, optan siempre por la solución más cobarde. Por eso mi nombre no aparecerá nunca en los libros.

lunes, 28 de marzo de 2011

Misticismo cósmico

Un impulso. Una extraña sensación. Un instante. Un estado anímico. Una canción. Tu vida

Retomo nuevamente, tras otra larga espera, a mi punto de desahogo con el mundo. ¿Por qué? Volviendo a lo que dije en mi primera entrada, porque me apetece. El motivo de mi regreso ha sido esta vez una curiosa sintonía con lo que me rodea. Es difícil de explicar, y más en este momento en el que las palabras no salen con especial fluidez de mis manos. Una especie de armonía con el universo, con las estrellas, con el mar, con las aguas de una cristalina playa que mis ojos jamás han visto. La certeza de que no estamos solos, de que estamos aquí por algo. La convicción de que nada es casualidad; la esperanza en la vida después de la vida. Las terribles ganas de salir corriendo, de contemplar la grandeza del cielo tumbado como un pequeño infante que juega a hacer formas con las nubes. La rabia acumulada, el deseo de romper a llorar desconsoladamente. La felicidad de una sonrisa, el abrazo de un amigo. La ironía, la inocencia y la estupidez. El fuego y el aire, el alfa y la omega. Quizás es muy complicado entenderme, soy consciente. Llegué a este punto desde otro muy distante, simplemente porque Vangelis y Ray Linch, entre otros, decidieron (¿casualmente?) tomar las riendas de la noche. He viajado en un ínfimo instante a decenas de noches, madrugadas para ser exactos, en las que me pegaba a mis auriculares para escuchar dos maravillosas horas de emoción que comenzaban, puntualmente, con el maravilloso Dragón que tantas veces hizo que un escalofrío recorriese mi espalda. Quién haya vivido mi situación es posible que comprenda de manera más cercana lo que intento decir, lo que estoy sientiendo en este momento. Y si estos dos majestuosos caballeros anteriormente nombrados han sido los que me han llevado a abrir de nuevo esta ventana, ha sido otro el que me ha acompañado de principio a fin en estas líneas. No concibo esta apertura sin esa canción. Por eso a ti, que te has molestado en leer lo que intentaba mostrar, te pediría una cosa (y no soy muy dado a pedir favores): relee de nuevo este párrafo mientras suena esto http://www.youtube.com/watch?v=RCObXuAwCIA y puede que nos encontremos en algún lugar del universo.

domingo, 13 de marzo de 2011

Alfabetización melódica

Llevaba bastante tiempo sin renovar este pequeño espacio. En una carpeta antigua, encontré un texto que había escrito hace ya algunos años. Cuando era más pequeño, tenía la costumbre de ponerle letra a melodías famosas que no la tenían. Al releer este folio lleno de tachones, decidí que quizás era hora de actualizar el reino de Trodain. Aunque seguramente hoy no hubiese escrito esto tal y como está, voy a respetar la "obra" del Rubén del pasado. Está planteado para seguir la melodía de la canción de Vangelis que aparece como tema principal de la película "El último mohicano".

(estrofa)

Si eres capaz de enfrentarte a ti mismo
y
si eres capaz de saltar al abismo

si puedes a un tiempo reír y llorar
y entre rejas clavado exclamar ¡libertad!

nunca temas, amigo, que charle contigo
quien crezca entre bestias y aparte el peligro

No rindas tu espada sin antes luchar
no maltrates tu alma sin antes pensar

Porque observa que un ave no tiene fronteras,
tan solo tu mente te traza barreras

Un sueño es un hombre que quiso llegar
no te pintes más puertas, comienza a gritar

Crea un sol en la lluvia, en mitad de las nubes
sin perlas doradas, sin ojos azules

No rindas tu espada sin antes luchar
no maltrates tu alma sin antes pensar

que

(estribillo)

Tienes el mundo en tus manos,
hermano
no te olvides de ti

Teje hasta el último hilo,
amigo
solo tu has de vivir